Brillante, hiperactiva y marcada por una niñez traumática, Lucrecia Vázquez trabaja como «negra» literaria para una enorme editorial y convive como puede con el síndrome de Tourette, que le provoca multitud de tics. Ha construido un planeta a su medida en las 4 paredes de su piso de Barna, del que apenas sale. Cuando la escritora de best sellers Dana Green aparece brutalmente asesinada en su casa, la policía pronto descubrirá que Lucrecia había recibido el encargo de redactar el nuevo libro de la conocida prosista, que en el instante de su muerte estaba sumida en una profunda crisis creativa. La investigación pronto descubrirá un complejo entramado de traiciones y engaños en el planeta literario, al paso que la propia Lucrecia, en quien recaen una buena parte de las sospechas, se ve obligada a vencer sus temores y restricciones para empezar sus pesquisas.

Escritora frustrada, obsesiva y adicta a los medicamentos, Julia Irazu es una auténtica experta en complicarse la vida, pero esta vez los problemas vienen de fuera. De manera accidental se ve envuelta en una red de tráfico de arte, entre intereses millonarios y delincuentes sin escrúpulos, y conoce a Viktor Sokolov, un supuesto espía ruso junto al cual vivirá una aventura llena de peligros entre Bilbao, Palermo y San Petersburgo. Paradójicamente, será entonces cuando Julia descubra un principio básico que desconocía. Y es que, para morir, siempre hay tiempo.