La historia transcurre en una habitación cualquiera, perdida entre las miles de habitaciones que tiene una inmensa ciudad. Uno de los grandes errores que cometen las personas asiduas a la tarea de visitar habitaciones es creer que una habitación termina donde empiezan las paredes. `Fantasmas de una habitación cualquiera` es el relato principal de este libro. Cada noche la habitación se convierte en un inmenso bar donde se dan cita cientos de miles de artistas, muertos, olvidados, artistas que son sólo un recuerdo, y en algunos casos ni siquiera eso. El bar es un sitio caótico, los objetos cobran vida por el simple hecho de no tolerar el aburrimiento que les genera la quietud, las meseras van de un lado a otro entre los artistas y una espesa bruma se confunde con el indescifrable humo generado por los mismos fantasmas. Puertas que se abren a cada rato, artistas borrachos, amantes, habitaciones secretas, interminables pasillos laberínticos, paisajes surrealistas y majestuosos, el misterioso reloj de péndulo y la enigmática sangre que aparece en el escenario, son algunos de los misterios que hacen del bar un sitio embriagador para cualquier curioso.
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