Última parte de la serie Corazones en Manhattan. Gabriel McDougall, el heredero deuna de las chocolaterías más importantes de Nueva York, no ha hecho otra cosa que desacreditar a la decoradora de interiores Morrigan Forrester por rumores malintencionados que han llegado a sus oídos. Sin embargo, cuando un amigo en común le sugiere a Gabe que la tenga en cuenta para que renueve el sector público de su empresa, duda, pero finalmente termina por contratarla. La relación laboral no ayudará con los intercambios verbales que se suscitarán ni con la excitación que los envuelve cada vez que están juntos. Diversas situaciones en la vida de ambos harán que uno se vuelque en el otro en búsqueda de apoyo, y así descubrirán que, apesar de las peleas y los prejuicios, algo más será lo que los una.

Última parte de la serie Corazones en Manhattan. Gabriel McDougall, el heredero deuna de las chocolaterías más importantes de Nueva York, no ha hecho otra cosa que desacreditar a la decoradora de interiores Morrigan Forrester por rumores malintencionados que han llegado a sus oídos. Sin embargo, cuando un amigo en común le sugiere a Gabe que la tenga en cuenta para que renueve el sector público de su empresa, duda, pero finalmente termina por contratarla. La relación laboral no ayudará con los intercambios verbales que se suscitarán ni con la excitación que los envuelve cada vez que están juntos. Diversas situaciones en la vida de ambos harán que uno se vuelque en el otro en búsqueda de apoyo, y así descubrirán que, apesar de las peleas y los prejuicios, algo más será lo que los una.

Nicholas Bale es el típico hombre carismático, tierno, amigo y del que cualquier mujer podría enamorarse. Sin embargo, desde muy joven supo que su orientación sexual no estaba dirigida hacia el sexo femenino. Un par de golpes de sus compañeros y unas duras y frías palabras por parte de su padre no fueron sino aquello que le dio el valor para no ocultarse, para enfrentarse a la vida como lo que es: un hombre al que le atraen otros hombres. Brian Sanders, abogado de profesión, sincero y directo, de padres orgullosos de sus logros, es un hombre que jamás se permitió la libertad de demostrar sus sentimientos, más aún cuando estos parecen no estar dirigidos hacia una mujer. La tranquilidad y el bienestar que ambos hombres tienen se verán zarandeadas cuando sus miradas se crucen por primera vez, y ese será el inicio de un camino que no les será sencillo de transitar, pues lo que Nick defiende tan abiertamente, para Brian no será tan fácil de aceptar.

Alex tiene cicatrices profundas en su alma y en su piel que atestiguan el pasado tortuoso vivido a manos de su padre. En la actualidad es un hombre de éxito, y aunque ha logrado controlar su voz hablando en un tono tan bajo y pausado que produce escalofríos, todavía hay momentos en los que aflora lo que él considera un recordatorio de su sufrimiento: su tartamudez. Samantha siente escalofríos cuando está frente a su nuevo jefe, aunque no logra distinguir si son por el odio o por la atracción que él le genera. Alex le otorga trabajos imposibles de concluir en la fecha que establece como límite esperando que claudique, y ella le demuestra su eficiencia en todo momento sin darse por vencida jamás. Sin embargo, él no está dispuesto a dar su brazo a torcer frente a esa mujer que le hace sentir como ninguna otra antes. Y mientras la batalla de voluntades entre ellos se hace cada vez más insostenible, el misterioso pasado de Samantha la reclama mediante unas aterradoras llamadas telefónicas...