La imbatible matriarca Lily Collett lleva a cabo su proyecto personal de deforestación en lo que una vez fue el viejo y hermoso jardín de Frío Dominio. A cada plan que le desbaratan, enfado que se pilla y cosa que desaparece. ¡Rip! Allá va la pérgola de rosas. ¡Zas! ¿A dónde ha ido a parar el seto? William y Bárbara, dos de sus cuatro hijos, aún están bajo el yugo de Lillith Collett, porque los recuerdos del jardín de su infancia los tiene hechizados. ¿Cómo soltar amarras y vivir sus propias vidas mientras su madre siga amenazando su paraíso de antaño? Además entra en escena Miguel Ángel Aqueso Pérez de Vega, príncipe entre los hombres. Este tranquilo y enigmático extranjero tiene un encanto muy particular. La buena de Bárbara es la primera en caer bajo su hechizo. Caspar, el mortificado amante de William, es el siguiente en percibir sus extraordinarios poderes. Y Gillyflower y Victoria se quedan al margen, como las dos hermanas feas del cuento, mientras una estructura familiar anquilosad por los años y un jardín ancestral son destrozados implacablemente y sin temor. En un caleidoscopio de vividas y cambiantes escenas, esta rica tragicomedia de pasión sexual e intriga familiar desenmaraña iluminando, con el inimitable estilo de Anne Fine, las más remotas y escondidas zonas del corazón. Un cuento de hadas del siglo XX, que le hará reír... y estremecerse

Las hermanas Palmer mantienen una relación muy estrecha. Se ven a menudo y cada una se preocupa de los niños, las casas y las mascotas de las otras. Se prestan los libros, comparten ropa y vestimenta para ocasiones especiales. Los teléfonos están con mucha frecuencia ocupados en sus charlas incesantes sobre la familia política y los planes de trabajo y las ansiedades y los triunfos. Nunca mantienen secretos entre ellas, todo parece ser perfecto hasta que Liddy conoce a George, quien tiene un secreto. Stella le cuenta a Bridie el rumor que ha escuchado sobre el nuevo novio de Liddy. Bridie se sorprende, y lo discute con Heather. Pero ¿deberían contárselo a Liddy, y correr el riesgo de arruinar su felicidad recién descubierta? Las hermanas optan por no decirle nada a Liddy, hasta que ella decide casarse con George y las cosas cambian entre ellas. Bridie persuade a sus hermanas para que se lo digan, pero, cuando se lo cuenta, la reacción de Liddy, pidiéndole a su hermana que no vaya a la boda, hace que las otras dos hermanas no quieran saber del tema. Bridie se convierte en la paria, despojada del sistema de apoyo fraterno en el que ha basado toda su vida, pero no está dispuesta a que las cosas terminen así.