"Cleopatra no fue tan importante. Su mundo estaba sometido. Egipto era rico y estaba muy poblado, pero era un cliente de Roma y nunca llegó a ser independiente. Solo llegó al poder porque las legiones restauraron el poder a su padre. Si tuvo más importancia más allá de las fronteras de Egipto fue solo por sus amantes romanos", apunta Goldsworthy. ABC Adrian Goldsworthy traza un retrato histórico, más allá de la leyenda, de la reina de Egipto y su fatídica relación con el general Marco Antonio. La Razón Marco Antonio provocó su propio fracaso; Cleopatra era una mujer muy capaz. La Gaceta El apasionado romance de Marco Antonio y Cleopatra es una de las grandes historias de amor de todos los tiempos. Él fue el hombre más poderoso del mundo romano durante un tiempo, hasta su derrota por el joven frío y calculador Augusto, que después se proclamaría primer emperador de Roma. Ella fue la inteligente, ambiciosa y bella reina del reino egipcio. Juntos vivieron un lujoso esplendor, lucharon por un imperio que perdieron y acabaron quitándose la vida. Dos mil años de imaginación romántica han sepultado una verdad aún más interesante. Antonio no era sólo un soldado, y de hecho tenía poca experiencia y dotes militares; su subida al poder tuvo más que ver con sus aptitudes políticas y con el azar. Cleopatra no era una egipcia cualquiera, sino la última reina de una dinastía creada por uno de los generales de Alejandro Magno. Sólo gracias al apoyo romano, y concretamente gracias César y Antonio, sus amantes, pudo mantenerse en el poder en una corte en la que el mayor peligro eran los rivales de su propia familia y el asesinato era cosa habitual. La historia de Antonio y Cleopatra es la del choque de dos culturas, una historia de ambición y crueldad y también de pasión humana. Adrian Goldsworth y nos descubre los verdaderos hechos de esta famosa pareja. Quizá no sea la crónica que esperábamos pero sin duda es tan fascinante como el mito.
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La caída del Imperio Romano del autor Adrian Goldsworthy
En el año 476 d.C. Rómulo Augusto, el último emperador que gobernó en Roma, fue depuesto, sin oposición, por el bárbaro Odoacro. Este hito marcó el final definitivo, e incluso silencioso, de cinco siglos de dominación imperial. Fue la muerte anunciada por una larga decadencia que había empezado con Marco Aurelio, tres siglos antes, cuando Roma era aún la mayor superpotencia del mundo. Adrian Goldsworthy -recurriendo a las fuentes originales y a las últimas investigaciones arqueológicas- nos presenta un relato estremecedor de la caída del Imperio romano. Un largo proceso que duró trescientos años en el que se vivieron el caos del siglo III, el cisma del IV o el colapso final en el V. En estas páginas cobran vida personajes fascinantes como Caracalla, Constantino, Teodosio, Alarico o Atila que comparten protagonismo con oscuras conjuras, sangrientas batallas, sorprendentes romances y muchos otros acontecimientos de la mano de uno de los mejores historiadores de la Antigüedad, que responde a algunas de las grandes preguntas de la historia universal: ¿cómo desapareció la superpotencia romana? ¿Cómo murió Occidente?
Leer Mas »César – La Biografia Definitiva del autor Adrian Goldsworthy
La biografía definitiva de quien supo alzarse desde la oscuridad completa para convertirse en el hombre más rico del mundo y detentar un poder capaz de acabar con la República romana. Julio César , el romano más famoso, fue un líder carismático, un brillante político y un genio militar capaz de algunas de las victorias más espectaculares de la historia: en menos de una década conquistó toda la Galia, invadió Germania y desembarcó en Britania. Sin embargo, su inusual e imparable carrera, su ascenso hacia el poder, continúa hoy suscitando controversias entre los estudiosos. En esta biografía definitiva, Adrian Goldsworthy aúna de forma magistral todos los aspectos de la vida del hombre que en la adolescencia evitó ser ejecutado por su oposición directa al dictador Sila; que fue condecorado por su valor en combate y capturado por piratas; que en la palestra política se ganó la reputación de inconformista, ambicioso y peligroso; que con poco más de treinta años ya empezaba a dominar el Senado… sin olvidar sus amoríos con mujeres de la aristocracia, tan frecuentes como escandalosos.
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